jueves, 23 de abril de 2015

Un crimen sin nombre

La última guerra ha centrado nuestra atención en el fenómeno de la destrucción de poblaciones enteras (de grupos nacionales, raciales y religiosos) tanto biológica como cultural. Las prácticas alemanas, especialmente durante la ocupación, son bastante conocidas. Su plan general era ganar la paz aunque se perdiera la guerra y ese objetivo se podía haber alcanzado cambiando, de manera exitosa, las interrelaciones políticas y demográficas en Europa a favor de Alemania. La población que no se destruyera, sería integrada al patrón cultural, político y económico alemán.Mientras la sociedad buscó la protección frente a crímenes individuales, es decir, frente a crímenes dirigidos contra los individuos, no existe un esfuerzo serio hasta ahora para prevenir y castigar el asesinato y la destrucción de millones. Aparentemente, no existía ni siquiera un nombre adecuado para tal fenómeno. Refiriéndose a la matanza nazi en la guerra actual, Winston Churchill dijo en su alocución televisada de agosto de 1941, ”Estamos en presencia de un crimen sin denominación.”

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