jueves, 23 de abril de 2015

Grande problemas de la filosofía

"El campo de la filosofía, en su sentido cosmopolita, puede reducirse a las siguientes preguntas:
¿Qué puedo saber?
¿Qué debo hacer?
¿Qué me está permitido esperar?
¿Qué es el hombre?
A la primera pregunta responde la Metafísica; a la segunda, la Moral; a la tercera la Religión, y a la cuarta, la Antropología. Pero, en el fondo, se podría considerar todo ello como perteneciente a la Antropología, pues la tres primeras preguntas se refieren a la última."

En este texto Kant nos dice que la Filosofía debe contestar a estas grandes cuestiones:
  1. ¿Qué puedo saber? Es la pregunta acerca de los orígenes y límites del conocimiento humano.
  2. ¿Qué debo hacer? Es la pregunta sobre las normas a las que debe ajustarse la vida humana.
  3. ¿Qué me está permitido esperar? Es la pegunta sobre el destino último y el sentido de la vida humana. También puede formularse así: ¿qué puedo esperar si hago lo que debo?
Estas tres cuestiones están referidas a una última que sería, según Kant, la gran pregunta de la filosofía: ¿qué es el hombre?

Es posible que nunca hubiera existido la filosofía

En este curso nos proponemos introducirle al estudiante como participante activo de la filosofía, que conozca sus principales términos, los temas y los pensadores. Está diseñado para darle la base común y lograr así la comprensión y el análisis de los principales pensadores. A diferencia de los cursos más avanzados de la filosofía, la lectura debería ser relativamente menos difícil, y así se creara una buena base para que luego el estudiante aumente su propio conocimiento y pensamiento de forma individual.
Así pues esta debe de ser una pequeña introducción a la filosofía. Pero ¿Qué es la Filosofía? Según el diccionario de la RAE de la lengua entendemos por filosofía al conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano. Es decir, la filosofía se encarga del conocimiento de la verdad, de la mente, del ser humano, de la realidad, del propio conocimiento, de la moral, de la belleza, de la virtud, de la existencia o del lenguaje humano. Y la filosofía busca este conocimiento, este saber, de manera crítica y lógica, basandose en los argumentos racionales.
Y ahora que tenemos cierto concepto de qué es la filosofía, pensemos ¿Cuándo surgió? ¿Por qué? ¿Dónde? ¿Cómo? La filosofía como saber en un principio los presocráticos no la consideraron así, simplemente se preguntaban por el acontecer en el mundo, por los procesos que era un poco incomprensibles y tratados de manera mítica.Pero para surgir se gestó un proceso de formación de una cultura griega(original o con influencias, eso se hablará despues)
Otras preguntas importantes son: ¿Quién soy yo?¿Por qué estamos aquí? y también ¿Cómo pensaba la gente que eran nuestros antepasados?Pero, la pregunta principal de la filosofía es ¿Que es primero el ser o la conciencia?

Origen de la filosifia

El origen de la filosofía ha sido una cuestión controvertida a lo largo de la historia del pensamiento. Por lo general los filósofos griegos han considerado que la filosofía nace con Tales de Mileto allá por el siglo VII a. c., pero no se consideraba necesario explicar cómo se había producido ese surgimiento de una nueva forma de pensamiento. Sí parecía haber un común acuerdo en considerar la filosofía como la forma de pensamiento racional por excelencia, es decir, una forma de pensamiento que no recurre a la acción de elementos sobrenaturales para explicar la realidad y que rechaza el uso de una lógica ambivalente o contradictoria. Es a partir de la polémica que suscitan los filósofos alejandrinos durante el período helenístico cuando el origen de la filosofía comienza a convertirse en un problema. Y será a lo largo del siglo XX cuando se comiencen a encontrar respuestas explicativas de la aparición del fenómeno filosófico. Para nuestro objetivo nos bastará considerar las dos hipótesis más difundidas acerca del origen de la filosofía: aquella que sostiene el origen a partir de la filosofía oriental, y aquella que hace de la filosofía una creación original de los griegos, y que estudiaremos a continuación.
Monumentos megalíticos de Stonehenge

Orígenes del acto de filosofar: asombro, duda y situaciones limites (I)

El origen del filosofar se encuentra en:
1) El asombro que nos produce la realidad cuando dejamos de mirarla con los ojos del acostumbramiento y llegamos a descubrir lo extraordinario que hay en las cosas, es la admiración por la vida.
2) La duda que surge cuando se conmueven nuestras certezas. La duda es lo que da inicio al filosofar.
3) Las situaciones límite, son aquellas que están más allá del dominio de la persona. Ante lo fatal, lo sorpresivo, lo inaudito, sentimos un hondo estremecimiento y nos brota la pregunta: tanto situaciones positivas, como negativas. Por ejemplo: tener un hijo, un accidente, la muerte, etc

La filosofía como pregunta radical

Se dice que la filosofía es un saber radical – llamado también saber trascendente, meta-empírico o metafísico- precisamente porque trata de ir más allá de lo observable, del campo de la realidad natural y social o de la experiencia, para llegar no solo a la existencia sino también a la esencia de las cosas, de los objetos (reales e ideales), del hombre (como ser espiritual y no sólo biológico y social), del mundo terrenal (pero también celestial). Por eso se dice con sobradas razones y con mucho espíritu de justicia que “la filosofía comienza allí donde la ciencia termina”.

El filósofo, en su permanente afán por conocer la esencia de las cosas o de todo cuanto hay en el universo, se ve obligado a plantearse preguntas y respuestas radicales.
Al respecto, Juan Carlos González García, refiere en su “Diccionario de Filosofía” que “Una pregunta radical es aquella cuya respuesta sabemos que nunca nos va a satisfacer. Cuando nos preguntamos por qué existe algo en vez de nada, qué es el bien o qué es la felicidad, sabemos que no vamos a encontrar una respuesta que nos llene por completo” Y agrega: “A pesar de saber que nuestra pregunta no va a obtener una respuesta perfecta, la seguimos formulando como si nos viniera impuesta por algo más fuerte que nuestra voluntad. Podemos decir que una pregunta radical es aquella que necesitamos plantearnos de forma insoslayable. Una pregunta radical es aquella que aspira a una respuesta radical, a un conocimiento esencial de la realidad. Nuestro deseo de saber nos lleva a conocer lo real, lo verdadero, aquello que está más allá de las apariencias. Deseamos saber todo, cómo son ciertas cosas y por qué son así. Necesitamos explicaciones globales que reúnan de forma sistemática todas las explicaciones parciales. Esto nos conduce a pensar sobre el mismo pensar, a reflexionar sobre nuestra forma de reflexionar. La filosofía busca el fundamento de nuestro conocimiento, del uso de la razón. Es un saber sobre el saber”.

Las filosofías y el filosofar

La filosofía occidental ha tenido una profunda influencia y se ha visto profundamente influida por la ciencia, la religión y la politicaoccidentales.Muchos filósofos importantes fueron a la vez grandes científicos, teólogos o políticos, y algunas nociones fundamentales de estas disciplinas todavía son objeto de estudio filosófico. Esta superposición entre disciplinas se debe a que la filosofía es una disciplina muy amplia. En la actualidad sin embargo y desde el siglo XIX, la mayoría de filósofos han restringido su área de investigación, y se caracterizan por estudiar las cuestiones más fundamentales y generales.

Problemas actuales de la filosofía (I)

El problema de la enseñabilidad de la Filosofía está intrínsicamente  ligado al proceso del desarrollo histórico de la práctica social del pensamiento. Ya en tan temprana fecha Platón hacía referencia de ello en su obra La República1 al reconocer como cualidades de la naturaleza del filósofo: “el valor, la grandeza de alma, la facilidad para aprender y la memoria” (2008: 163).  Este problema  se vuelve  recurrente en  la actividad  de los  pensadores, desde los  sofistas hasta nuestros  días,  independientemente de la región del saber explorada y del partidismo filosófico asumido.
A medida que la filosofía fue conformando, en el decursar del tiempo,  con el fenómeno educativo un binomio de trabajo  en  la formación del hombre,  se fue generando una fisura entre la actividad de filosofar como esfera  de actuación y la  enseñanza como actividad docente en la dinámica  del proceso de socialización.  A modo de referente citemos: Benito de Espinoza   advertía  que la acción de enseñar limitaba la actividad profesional del filósofo, Kant que  consideraba la filosofía  como  “el sistema de todo conocimiento filosófico” hacía  distinción entre la filosofía “ex datis” , o sea, el  conocimiento histórico de la filosofía y su enseñanza   y la filosofía  “ex  principiis” como la actividad profesional del  filósofo,  y en este contexto era  partidario  de aplicar el método matemático y sus procedimientos; también  concedía especial significación a la actividad intelectual del reflexionar como dialéctica entre la apariencia y la experiencia2. Por su parte,  Hegel, en su Enciclopedia3, al considerar a la filosofía no sólo como una ciencia, sino también como “un modo peculiar del pensamiento” enfatiza en los procedimientos del filosofar en cuanto al ejercicio del criterio desde los predios de la dialéctica.

La relación entre la filosofía y la ciencia (I)

En sus orígenes la ciencia y la filosofía constituían una sola cosa. Sólo la Filosofía abarcaba todo el saber y todo el contenido de lo que hoy llamamos ciencia.
La ciencia se dividía en el saber sobre el ser en cuanto tal y en géneros particulares del ser. Pero lo que movía al hombre a estudiar era el deseo de saber, de saber cómo son las cosas. La primera manera de saber es a través de la experiencia, pero el deseo de saber no se detiene allí, ya que el hombre pretende saber y conocer la esencia de las cosas, de por qué se desenvuelven de una manera y no de otra.
La filosofía nació a raíz de un querer saber de este tipo, para conocer al mundo según la necesidad, su totalidad, su esencia.
Considerar a la ciencia como un saber no filosófico es un resultado de mucho tiempo, la ciencia moderna que hoy conocemos surgió entre los S. XVI y S. XVII separándose de la filosofía; y un rasgo del pensamiento moderno fue la intención de aproximar la filosofía y la ciencia.
Fue en esta época de la historia cuando comenzaron a estructurase las ciencias naturales, entendidas como un sistema de conocimientos rigurosamente clasificado y verificado. El pensamiento moderno acabó convirtiendo a la filosofía en colaboradora de la ciencia. A partir de aquí fue frecuente que una misma persona reuniera la doble condición de científico y filósofo.
Galileo y Newton son grandes ejemplos de este cambio, que alcanzó hasta la época contemporánea, como lo demuestra Bertrand Russell. Así se tiene que los dos factores más importantes de la ciencia moderna, fueron también dos de los temas filosóficos más apasionadamente discutidos, dando lugar inclusive a dos escuelas filosóficas de la Edad Moderna: el racionalismo, que se fundó en los aspectos lógico-racionales del conocimiento, y el empirismo, que afirmó la validez absoluta de la experiencia en el ámbito del conocimiento científico-filosófico.
Filosofía y ciencia no solo no se oponen, sino que se encuentran como dos extremos, como en dos polos entre los que se desarrolla todo el pensamiento racional de la humanidad.

La filosifia y su relacion con las diciplinas del conocimiento (I)

la filosofía puede ser definida como el análisis racional del sentido de la existencia humana, tanto individual como colectiva, fundado en la comprensión del ser. Pese a ciertas semejanzas con la ciencia, la filosofía se distancia de ésta ya que muchas de sus preguntas no pueden ser respondidas mediante el empirismo experimental.

Lo esencial de la filosofía, está en que esta, se cuestiona las cosas con una mayor amplitud de acción, que el resto de las ciencias. Por eso se dice que la filosofía de la ciencia investiga la naturaleza del conocimiento científico y la práctica científica. Se ocupa de saber, entre otras cosas, cómo se desarrollan, evalúan y cambian las teorías científicas, y de saber si la ciencia es capaz de revelar la verdad de las "entidades ocultas" y los procesos de la naturaleza. Son filosóficas las diversas proposiciones básicas que permiten construir la ciencia.

Un crimen sin nombre

La última guerra ha centrado nuestra atención en el fenómeno de la destrucción de poblaciones enteras (de grupos nacionales, raciales y religiosos) tanto biológica como cultural. Las prácticas alemanas, especialmente durante la ocupación, son bastante conocidas. Su plan general era ganar la paz aunque se perdiera la guerra y ese objetivo se podía haber alcanzado cambiando, de manera exitosa, las interrelaciones políticas y demográficas en Europa a favor de Alemania. La población que no se destruyera, sería integrada al patrón cultural, político y económico alemán.Mientras la sociedad buscó la protección frente a crímenes individuales, es decir, frente a crímenes dirigidos contra los individuos, no existe un esfuerzo serio hasta ahora para prevenir y castigar el asesinato y la destrucción de millones. Aparentemente, no existía ni siquiera un nombre adecuado para tal fenómeno. Refiriéndose a la matanza nazi en la guerra actual, Winston Churchill dijo en su alocución televisada de agosto de 1941, ”Estamos en presencia de un crimen sin denominación.”

El orden y el caos del universo

Es opinión común considerar el Caos como sinónimo de desorden y falta de acción.. Asociamos la falta de razón, la irracionalidad, con el Caos, e inmediatamente sentimos desagrado, como si todo lo que no fuese racional resultase negativo, caótico. Es una de las capacidades del hombre moderno, hijo del mundo científico que surge del Renacimiento, que es dueño de ordenar el mundo a gran escala. De ahí que todo lo que asociamos con desorden y falta de utilidad lo llamamos caótico, y lo clasificamos como negativo. 

No era esta la visión de los pueblos antiguos; a través de sus mitos y sus poemas nos han dejado una visión del mundo repleta de dioses y de fuerzas creadoras, que si bien no parece demasiado racional sí despiertan dentro nuestro a través de la poesía y de la intuición un mundo que nos resulta muy familiar. En esos mitos el Caos siempre aparece como la gran causa creadora, una especie de sustrato básico del cual surge el Orden, desde los dioses primordiales hasta la propia humanidad. Todo ellos está presente en el Caos, como de alguna forma misteriosa para nosotros el árbol está presente en la semilla. 

Durante el siglo XX se ha producido toda una serie de revoluciones científicas que han dado nuevo interés a la visión tradicional y mítica del mundo. La paradoja del observador en la mecánica cuántica, el continuum del espacio-tiempo en la teoría de la Relatividad, eran semillas de un nuevo orden, menos rígido y determinista que el anterior, más irracional, más caótico.  Bajo esa nueva óptica los científicos han vuelto su mirada a los viejos mitos, observando que bajo las viejas historias había oculto un legado profundísimo de enseñanzas. A través de las siguientes líneas realizaremos un viaje a través de la ciencia y de la mitología, y rescataremos al Caos como gran potencialidad oculta de todas las cosas.